Por Alejandra Portela
Los films producidos y distribuidos por la hasta ahora desconocida Renée Oro de Arata, rescatados por la Cinemateca del INCCA se presentaron en sociedad durante el Festival de Mar del Plata 2022. Acertadamente, el libro publicado y la proyección realizada le quitaron a Renée el apellido de casada y, visibilizada como Renée Oro, se muestra como una multifacética directora nacida en el año 1900, que tuvo actividad en la década el 20, en Argentina y en Chile. La investigación reúne datos hasta ahora inéditos, en base a la investigación del historiador Lucio Mafud de la biblioteca ENERC del INCAA.
Los casi 40 minutos que vieron por primera vez la luz del proyector de la sala después de 100 años son tomas de Rio de Janeiro, los cafetales de San Pablo, Valparaíso, Cabo de Hornos, Tucumán, Santiago de Chile, Santiago del Estero. Paisajes y trabajadores, signos de una Latinoamérica pujante.
De filmografía importante, hasta ahora se conocen solo tres títulos Tacna y Arica (1924) y los films documentales que se presentaron en este festival: Por las naciones de América y Evolución y progresos de la provincia de Santiago del Estero, fueron realizados y estrenados en 1927 y constituyen una mirada progresista y modernista, al estilo de las vistas del cine pionero de un Federico Valle. Como tales, los films no rescatan las tensiones sociales ni reivindican de manera alguna las tradiciones prehispánicas: América es la tierra de los paisajes y del futuro.
El libro Por Las naciones de América: El cine documental silente de Renée Oro (Estudio histórico y técnico) es un trabajo que, hasta ahora, nunca se había llevado a cabo en una publicación argentina: un riguroso trabajo histórico, a cargo de Lucio Mafud (La imagen ausente. El cine mudo argentino en publicaciones gráficas) y un minucioso análisis técnico a cargo de Georgina Tosi, Daniela Cuatrin, Jazmín Adrover, July Massaccesi. Esta parte cuenta con un desglose, plano por plano, por tipo de soporte, marco y año de fabricación que tal vez pueda estar dirigido a especialistas pero que el público general podrá apreciar si presta real atención para valorar los modos en las que la películas se hacían, hace 80 o 100 años, y cómo se iban transformando para futuros estrenos, al agregarle (o quitarle) escenas, cuadros, planos, tal vez más recientemente tomados.