Hayrabet Alacahan, un Indiana Jones de la historia del cine
«Es mi humilde aporte al mundo del cine», dice el investigador armenio, que comenzó a recopilar material como un hobby y acaba de editar dos volúmenes que presentan a directores de los cuales no existía ningún rastro.
El investigador armenio Hayrabet Alacahan realizó un exhaustivo trabajo de recopilación histórica indagando, como antes de los tiempos de Internet y del mundo digital, en los directores de cine de todo el mundo. El resultado es Filmografías (Autoría Editorial), un diccionario de cineastas de todas las épocas que abarca casi 9500 realizadores agrupados en dos tomos de más de 1000 páginas cada uno. Alacahan vivió su niñez y adolescencia en Estambul y en 1970 se radicó en Buenos Aires. Es un apasionado del séptimo arte desde su infancia. Descubrió que el cine sería su mundo al hacerse socio del Cine Club Buenos Ayres en 1979. Tres meses después, ya era un integrante más en la misma entidad. Abandonó su trabajo como dibujante de planos para dedicarse de lleno al mundo del cine. Su archivo personal reúne datos sobre cien mil películas, 14 mil biografías de directores y actores, una biblioteca de cine con 5000 libros, alrededor de 6000 afiches, 8000 fotos, 6000 diapositivas, casi 14000 títulos en formato digital y más de 2.000 títulos fílmicos en todos los géneros. Todo este material recorre la cinematografía mundial y de todos los tiempos.
A mediados de 1984 Alacahan creó el grupo Cine Club Grupo Vida que, con los años, transformó en la actual Fundación Cineteca Vida. “Nosotros archivamos material sobre cine. Es parte del trabajo guardar entrevistas, películas que se estrenaron en la Argentina. De todo el mundo que está involucrado en el mundo del cine, nosotros tenemos un archivo”, comenta Alacahan en diálogo con PáginaI12. “Anteriormente, eran todos recortes hasta el 90 y pico y, desde entonces, ya tenemos todo virtualmente”. Cuenta este investigador armenio que la primera idea era hacer un diccionario de películas. Trabajaron tres años desde el 2000, pero por cuestiones de la informática, un día el archivo desapareció. “Recién comenzaba a trabajarse con esa tecnología y nosotros no éramos muy duchos con eso. Eso fue un bajón. Quedó trunco y no prosperó”.
Después pensó que, en vez de hacer un diccionario de películas (mucho más gordo en volumen), podía ser de directores. “Puse breves datos de ellos y su filmografía. Así comenzó la idea”, relata Alacahan. Cuando tenía alrededor de tres mil directores catalogados, entendió que era una pena que estuviera nada más que en un archivo porque “hay directores que nadie consulta porque ni los conoce”. Entonces, decidió editarlo con la ayuda de un amigo cinéfilo. “Siempre dije que sería mi humilde aporte al mundo del cine. Así que empecé a trabajar. La idea fue creciendo y yo mismo encontré la forma de buscar datos y nombres”, agrega.
-¿Cuánto tiempo le insumió?
-Veinte años.
-Un poco del material lo tenía en la Fundación Cineteca Vida. ¿Cómo fue el trabajo de recopilación del resto?
-Sin darme cuenta, fui encontrando maneras de descubrir más directores. De todos los directores conocidos, ya se sabe todo y están en todos lados. Yo quería destacar la otra parte de la historia del cine, hacer una especie de homenaje a todos aquellos que habían hecho al menos un largometraje pero que nadie los conocía. A partir de eso, empecé a averiguar, buscar y cada vez aprendía más cosas. Por ejemplo, investigaba sobre un director que había hecho tres películas en Bulgaria y, aparte del director, yo me fijaba en los guionistas o productores para ver que otro material habían hecho, con quiénes habían trabajado y con quiénes habían filmado. Entonces, aparecían nombres que para mí fue como un trabajo de Mandrake. Eso me dio un comienzo de otra manera para descubrir y tomé más tiempo.
-O sea que, de alguna manera, usted trabajó sobre los olvidados, ¿no?
-Me interesa muchísimo eso porque soy muy curioso por lo desconocido. Como dije en la presentación del diccionario: me gustaría saber todos los nombres de cada soldado que acompañó a San Martín cuando cruzaron los Andes. Y si murieron en el camino o volvieron. No hay ningún dato sobre eso. Realmente es una satisfacción personal enorme encontrar casi 9500 nombres que hay en el diccionario, de los cuales hay 8000 que no los conoce nadie. Los conocidos están, por supuesto. También si me olvidaba de un director famoso no me preocupaba tanto porque ya es conocido por todo el mundo. Igual los quise agregar.
-¿El período temporal que abarca el diccionario es desde comienzos del cine hasta ahora?
-Hasta 2015, cuando le di el corte, aunque seguí agregando información de directores argentinos o latinoamericanos que filmaron algo o que habían fallecido.
-¿Qué tuvo en cuenta para decidir el corte?
-Un par de amigos que dirigen editoriales me dijeron que yo estaba loco y que cortara un poco. Incluso, al principio, comenzamos a hacer la parte biográfica en inglés y en francés. Pero eso triplicaba el volumen: iban a ser seis tomos en vez de dos. Entonces obviamos eso. Por eso tuve que cortar. Hoy ya es un libro devaluado: salió en el mes de octubre de 2019 yya tengo 1200 nombres más para agregar. Vamos a ver cómo va a salir esa parte.
-Podría llegar a ser un trabajo interminable en el tiempo…
-Es interminable porque hay cosas en la vida que siguen. Justamente, los archivos son así: interminables porque todos los días surgen directores, hay nuevas películas, nuevas notas periodísticas.
-¿Por qué decidió hacerlo en papel y no en digital?
-Mi generación es fanática de eso. Era mucho fácil hacerlo en digital e incluso mucho más barato.
-¿Cuáles son los países más desconocidos de los cuales dio cuenta de sus directores y películas?
-La investigación hace que si uno tiene paciencia, se le vayan abriendo puertas. Figuran países como Azerbaiyán, Kazajistán, Sri Lanka, que no tenía idea de sus directores. Hubo películas que no salieron de su frontera para afuera. Eso es muy notable. A raíz de eso, descubrí historias maravillosas y conmovedoras para tristeza o para alegría y ahora estoy escribiendo un libro sobre esas anécdotas.
-¿Cuáles fueron algunas de las cosas más curiosas que se enteró haciendo este trabajo?
-Por ejemplo, ya conocía a David Griffith (todo el mundo lo conoce por el cine mudo estadounidense). Es el director que tiene el récord de haber filmado 100 películas en un año, por ejemplo. Muchos directores de cine mudo murieron jóvenes, pero habían hecho 200 películas, habían escrito 300 guiones o habían actuado en 400 películas.
-¿Está hablando de largometrajes?
-En aquel momento, todos eran cortos en cine mudo. Tenían duraciones de 10 minutos aproximadamente, pero hacer eso por entonces era tan difícil como hacer actualmente un largometraje de una hora y media. No era tan fácil. A Chaplin le costaba hacer un corto. No era que filmaba en un día.
-¿Qué otras cosas descubrió?
-Un irlandés que trabajaba mucho para el mundo del cine en Estados Unidos. Es un director de arte que trabajó en 1500 películas. Y está todo. Dirigió una sola película, yo no la vi y es muy difícil encontrarla. Murió en los años 90. Es muy notable. Después, una mujer francesa filmó en Francia 126 películas, después se casó con un director inglés. Se establecieron en Estados Unidos y pusieron una productora. Ahí filmó otro tanto. En uno de los viajes a Francia, vi que la Cinemateca Francesa había editado un box con toda su obra. Es alucinante la historia de esa mujer. Por supuesto que hay mujeres que han dirigido, pero no tanto como ella.
-¿Su utopía es llegar a conocer cuántas películas se hicieron en el mundo?
-Sí, pero es imposible. Hay directores de los que nunca vamos a llegar a saber nada.
-¿La función social de este trabajo es colaborar con la memoria del cine?
-Cuando terminé esto, hablando con algunos colegas suyos, señalé que éste es un aporte humilde de mi parte al mundo del cine que me dio tanto. Comencé como un hobby y, de repente, tengo un montón de material. Todos me preguntan cómo hice. Es inexplicable.
-¿Cómo surgió la idea de los textos de críticos y de gente vinculada al cine que acompañan los dos tomos del diccionario?
-Todos son amigos y amigas que me conocen hace años, porque yo hace mucho que les venía comentando que estaba con este libro. Cuando vi esos dos tomos sobre mi mesa, sentí que hice algo. Creo que va a aportar mucho al mundo del cine, a los que les interesa el cine.
-¿Cómo imagina al potencial lector de este diccionario?
-Prácticamente desde octubre hasta hora no paré de recibir comentarios extraordinarios, se asombran porque descubrieron a un director que había filmado 600 películas y que no tenían ni idea.