Cineteca Vida

La paga, pelicula colombiana de Ciro Duran

La pelicula, de 1960  filmada en Venezuela y Colombia se presenta en la sección Classics del Festival de Cannes. Considerada una obra pionera del cine político, de denuncia y social en Latinoamérica, el largometraje del cineasta colombiano Ciro Durán (1937-2022), La Paga, se exhibirá en su versión restaurada en el Festival de Cine de Cannes, tras estar perdida por décadas.

“Estuvimos buscando esta película durante muchos años”. Vladimir, uno de los hijos del director colombiano Ciro Durán, fallecido en 2022, resumía parte del largo periplo que concluía esa tarde en la sala Buñuel del Palais des Festival de Cannes, como preámbulo de la proyección de la copia recuperada en 4 K.

Cuando Ciro Durán filmó La paga, en 1960, Colombia estaba sumida en la violencia. Por lo cual, siendo muy joven, viaja a Caracas con la idea de dedicarse al cine. En la “Venezuela Saudí”, al veinteañero Ciro se le abrió un mundo diferente: “empezó a ver muchas películas”, recuerda Joyce Ventura (su productora y viuda) de la creciente pasión de Ciro Durán hacia el cine. 

La búsqueda de la ópera prima de Durán, “Tomó mucho tiempo determinar si la Cinemateca de Venezuela tenía o no la película”, se lamentaba Vladimir del funcionamiento de la institución en el coloquio posterior a la proyección, sin dejar de agradecer el apoyo, claro está. Sacarla del país es un pedregoso capítulo aparte.

La Paga fue censurada y Ciro encarcelado durante un año por el gobierno venezolano, en una época en la que se estaba entrando en la democracia”, narraba Vladimir.  Y es que en la recién recuperada democracia, en una convulsa pero riquísima Venezuela, para las autoridades La paga era“subversiva”.  

Protagonizada por Rafael Briceño, Paco De la Riera y María Escalona, La paga se desarrolla en un pueblo andino y cuenta la miseria en la que viven los agricultores que trabajan las tierras de un terrateniente, a través de una familia de campesinos. Refleja no solamente una realidad que sabemos aún no se ha superado, pese al paso del tiempo, cambios políticos, y demás…,  sino también las inquietudes políticas y sociales de Ciro Durán, quien además fue un entusiasta sindicalista del sector cinematográfico, tal como el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, e impulsó la profesionalización de los trabajadores del cine, primero en Venezuela, luego en Colombia.

En La paga se plasman las profundas diferencias sociales entre los que no tienen nada y los que tienen (da igual cuánto y qué); los campesinos son explotados, mal pagados, hundidos en la profunda pobreza y en el hambre, están apartados de lo más básico como la educación y la sanidad. Para ellos la esperanza muere cada día en ese único plato de comida, y en las jornadas de sol a sol sin descanso, que al final de la cosecha son recompensadas con una paga de dos míseros sacos de papas.

Durán hace un retrato de las carencia, frente al poder, como también cuela la lucha de los guerrilleros. Que si tuvieran de comer, no estarían en las montañas, dice un cliente al boticario del pueblo, después de una disertación sobre la guerrilla. Así Durán capta su época, cuando Latinoamérica ardía en los fuegos quiméricos de la Revolución Cubana. “Promesas no cumplidas”, sentencia Vladimir Durán.

Ciro Durán, proveniente de Convención (un pueblo cercano a la frontera con Venezuela), volvió a Colombia después de salir de la cárcel. Sus ganas de hacer cine social no mermaron, tal como relatan sus hijos y pareja.

Gamín (1978), sobre jóvenes que viven en las calles bogotanas, La guerra del centavo (1985), sobre la lucha laboral de los choferes de buses en Bogotá, o Aquileo Venganza (1968), el primer western colombiano (coproducido con Venezuela), acerca de la desigualdad y la violencia política y social, le llevaron a convertirse en una figura sobresaliente de la cinematografía colombiana.

Con los ojos del siglo 21 se puede decir que la subversión de  La paga radica en su atemporalidad y en recordar que el poder opresor se disfraza de cualquier color o ideología, que ni amo ni político salvan de la miseria, y que las brechas sociales siguen siendo igual de profundas. Ciro Durán vivió una larga vida para constatar que los cantos de sirena llevan al naufragio.

Segundos antes de que se apagaran las luces de la sala Buñuel para proyectar el estreno mundial de La paga, restaurada gracias al Fondo de Cine Colombiano, la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y a la Cinemateca Nacional de Venezuela,Vladimir Durán dijo sonriente: “No creo que la policía venga a impedir esta proyección”.

Nota extraida de El nacional.com por Janina Pérez Arias